Mi primer tema es para las cosas que a veces nos suceden cuando nos levantamos con el pie izquierdo.
Esos días en que todo parece salir al revés.
Pero de que nos quejamos, si podíamos estar como el vecino con cáncer, separado, en paro sin que lo quieran ver sus hijos y enfrentado a todo el mundo.
No es cuestión de hacernos el harakiri o como se escriba. O de no podernos quejar de nada.
Sólo es cuestión de poner las cosas en su justa medida (el rpoblema a veces es saber cual es la medida justa).
Hace años se me hubiera quemado el coche y me hubiera cogido un disgusto. Hoy sólo digo es dinero aunque me duela algo, sólo es eso, tiene arreglo, se puede dejar o cambiar. Es decir, por lo menos tiene tres soluciones sin pensar demasiado, y por lo menos no gano otra cosa mala aparte de la quema del coche.
Tampoco es cuestión de resignarse ante todo, no es eso lo que hemos dicho, es ponerlo en su justa medida, arreglarlo si tiene remedio (al menos 3 remedios) y no torturarnos gratuitamente ante un hecho ocurrido.
Se trata de establecer a nivel mental el binomio problema-solución, o en su defecto el trinomio problema-no solución-asumirlo y a otra cosa.
Humanamente sólo habría algunos problemas, como el de superar el miedo a la muerte.
Y, en parte y modestamente, yo lo he hecho. No quiero decir que no quiera vivir o que no me importe morirme. Más bien todo lo contrario. No sólo tengo unas ganas inmensas de que vivan los de mi alrededor y lucho para que así sea en la medida de mis posibilidades, sino que yo mismo deseo vivir con plenitud.
Y a ser sinceros, he de decir que no siempre lo consigo, que a veces voy demasiado rápido, que me gustaría ir más despacio, menos miserable, ayudar más, dedicarme más y mejor a mi trabajo que me gusta aunque no siempre tenga las energías que quisiera. No me resigo a ser así, aunque esto no es salvoconducto para conseguirlo.
Humanamente, también existe el miedo a morirte por alguien, en este caso y a priori lo digo por mis hijos, porque los quiero mucho (lo de mi mujer es caso aparte por razones que estedes saben, pero puestos a ello también lo tendría, quien sabe), pero últimamente tiendoa superarlo porque algo me dice que las semillas están plantadas y que todo iría bien. ¿Consuelo quizás o confianzaen una vida que no siepre vale los pagos que nos hace hacer? Yo pienso que las cosas buenas que me ha dado compensa con creces los pagos, aunque algunos son muy fuertes.
Un tercer miedo humano es el del miedo al dolor, en este caso el de otros, sobre todo cuando el de otros es el tuyo. Aquí confieso, que aunque trato de prepararme, todavía es uno de mis grandes miedos y no se si dado el caso lo haré, pero creo que no podré en buena parte.
Cuando has decidido vivir, pones buena cara al mal tiempo, lo conviertes en una actitud vital, de amor a la otra persona, a las otras personas, por encima de tus defectos y los suyos. Y el amor a las otras personas te ayuda a poner una sonrisa donde los músculos agarrotados de tu cara se resisten y no sólo a ponerla, sino a interirorizarla.
Concluyendo, he de decirles que no somos tan especiales (y a la vez lo somos), al menos yo, porque simplemente para ponerle título a este blog, tuve que repetirlo 4 veces porque los nombres que había elegido ya habían sido utilizados. Las curas de humildad casi siempre nos vienen bien.
Hasta otra. Y esto está abierto a todos.
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