sábado, 8 de enero de 2011

LA RULETA GIRA


Sonó el teléfono. Miro el chivato y me avisa que es mi amigo. Lo saludo con la alegría de quién saluda a un buen amigo. Pero no era suya la voz que se encontraba al otro lado de la línea. Era su compañera.
Proceso.
Me organizo y me dirijo.
Llego.
No lo veo.
En su lugar o junto a su lugar encuentro a un señor mayor de unos 96 años, digno. Con la dignidad que dan tantos años de compañía y el amor, como no, sincero.

Proceso.
Cansancio.
Descanso inevitable.
Lo conozco.

Enseguida, mi buena y mala cualidad hace responder a mis neuronas espejo. Me resulta fácil hacerlo, por mi imagen soñada y truncada y por los años de ruleta.
Pienso en él.
Mis vísceras espejo me lo hacen ver.

Hace ya más de quince años que la ruleta giró. Y lo hizo llevándome a un lugar que no deseaba, incluso renuente a abandonar aquel en el que me encontraba.
Pero la ruleta no solo giró para mi.
También lo hizo para  Miriam, Magaly y Oke.
Esas cosas tiene la ruleta, unas veces gira para mal y quizás se transmuta en bien. En otras no sucede así.

Un parto escolar de nueve meses duró aquella vuelta de la ruleta. Y nueve meses después, la suerte estaba echada. Había nacido, inquebrantable, presente a pesar de las ausencias, siempre ahí.
Al año, giró de nuevo la ruleta, pero esta vez ya no pudo con lo que ella misma había creado.

Anécdotas, vivencias, recuerdos, bromas, fiestas, alguna lágrima, pequeña, eso sí, si la temporalizamos.
Un paje de los reyes que viene y se va, que no se detiene. Un helicóptero que no aterriza, un chalet por acabar que se vende y no se compra, un vídeo, joya de la corona, que se esfuma y termina apareciendo...Tantas, que han hecho imborrable lo que la ruleta creó y trató de destruir cuando se percató.



Un día quedamos por aquel entonces para estudiar, seguíamos estudiando. A las 21. Llegó a las 3. No falló. Nunca lo hacía. Me ayudó.



Otro recuerdo. Pasada la media noche, se llevó unas notas manuscritas la noche anterior de desvelo y a esas horas pasó a limpio la última carta que escuchó con emoción por la radio y la envió a una amiga en Las Palmas que la colgó. No falló, nunca lo hacía. Siempre estaba allí. Sino a las 21, sí a la media noche, pero nunca fallaba, siempre estaba.

Sucedió. Y allí estaba.

Parece mentira como a veces una simple y corta tirada de ruleta produce tal solidez.
El feriante siempre anuncia premio. Dice que siempre toca. Y así es. Sólo que muchas veces no toca lo que tú deseas.

Me consuela saber de su despedida, de la paz que le dejó.

Me envía un mensaje de agradecimiento.


Le respondo que le responderé a mi manera. Así hago.


La ruleta gira y gira. Un obviedad.
Parecemos ignorarlo, pero no por ello deja de girar.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pocas veces juego al azar, pero esta vez el azar jugó conmigo. un destierro, pensé, éste es mi premio, pero en el camino de los encuentros, la suerte jugó a favor, al mío, al tuyo, al de Doris, al de de Magaly, al de Luis,al de Miriam, sí, y también al de Belén, Luján, Marimar, Loli, Fajardo.... y tantos otros que, sin esperarlo, ganaron para sí el mejor de los premios. Yo, desde luego, he sido el más afortunado. Me llevo el premio gordo. Ese que no se canjea y que no se gasta. Ese que ahorras y guardas para las ocasiones especiales tirando de él, pero que en lugar de gastarlo cuando lo usas, lo inviertes doblando sus ganancias, sin importar los tiempos de crisis, porque sabes que tienes esos ahorros. Esto ya lo sabía, pero ahora, cuando mis lágrimas me lavan la cara envuelta por una gran emoción de sentimientos entremezclados, soy más consciente de la gran suerte que tengo, pues mi premio eres tú Chuchi, esa amistad eterna que nunca muere como así tampoco muere el recuerdo ni el espíritu de mi madre que siempre estará conmigo. Eternas gracias, de corazón, amigo mío.

Jesús Hernández dijo...

Bonitas palabras, amigo mío. Parece mentira las cosas que pueden surgir en un año de nuestra vida. Como la casualidad reúne y separa a un grupo de personas en un mismo año, pero como no puede romper esas amistades desarrolladas en tan escaso periodo ni con el paso del tiempo, ni con la distancia. Amistades que siempre están ahí, no sólo para compartir las penas, sino también para poder compartir las alegrías y saber que puedes tirar de ellas cuando lo necesitas sin pudor por necesitar pedir ayuda ni ofrecerla, pues sabes que nunca te la echarán en cara. No sé si la amistad perfecta existe, pero la que desarrollamos ese año en La Cumbrita se le aproxima y el tiempo y la necesidad así me lo han hecho ver.
Un abrazo para todos.
Jesús
P.D.: me alegro cuando supe por Cris de tu despedida. Por experiencia sé que es lo mejor que nos puede suceder en esas ocasiones.

Blogmaníacos dijo...

Aun a riesgo de entrometerme en un asunto que parece privado, no puedo menos que decir que yo también me he emocionado leyendo este post y he envidiado sanamente la especial relación de amistad que parecen tener todas las personas que se nombran en él.
Que os dure para siempre.
Enhorabuena, Jesús.

Jesús Hernández dijo...

Su nivel de privacidad es relativo. Sabes que sólo envío a contadas personas este blog y que mi manera de escribir no entra en detalles para quién no sabe leer. Eres bienvenida siempre en este blog y te incluyo en esa definición que haces. Realmente coincidimos unas personas que en corto espacio de tiempo, fuimos capaces de labrar una sólida amistad. Lo demás,
Serendipidad o casualidad buscada, tanto en lo que se dice como con respecto al blog.
Un abrazo, amiga

Myriam Díaz dijo...

Es la primera vez que escribo en tu blog y no por falta de ganas, pero es que mi querido Jesús..., pones el listón muy alto y no sé si estaré a la altura de tus palabras (te imagino con una sonrisa), tu sabes que yo soy de prontos y de risas y me cuesta escribir mis sentimientos, pero hoy quiero expresar mi satisfacción y mi fortuna por tener amigos como ustedes, tienes mucha razón con tus palabras, somos tremendamente afortunados y la ruleta nos hizo ganar aquel año.
A mi querido Oke, darle un fuerte abrazo, son momentos difíciles, pero a la vez, tu paz interior, por saber que has hecho todo lo que debías hacer, te va a ayudar a seguir adelante, porque el amor que ella te dió, lo llevarás siempre contigo. No me puedo olvidar de Cristina, siempre a tu lado, para ella mi mejor sonrisa. Un fuerte abrazo para todos.
Con cariño Myriam.

Jesús Hernández dijo...

Pues sí, lograste que sonriera y eso que no era tan fácil ya que la ruleta a vuelto a girar. Pero mi sonrisa es benévola, pensando en que no escribes nada mal y que debes perder los miedos.
Una de las cosas que he aprendido en todo este tiempo es que las palabras no son necesarias ni lo más importante. Antes me trababan estas situaciones y me bloqueaba porque no sabía que decir. Ahora sé que lo que digas no es lo importante, sino lo que sientas.
Aún recuerdo, no me olvidaré, cuando me encontraste por la calle cerca de tu casa y adivinaste mi cara esperando el resultado de la prueba que me había hecho e iba recoger instantes después y lo que esperaba que me dijeran, como así fue. Me llevaste a tu casa y me hiciste sentir apoyado. No fueron necesarias las palabras.
Justo antes de leer tu comentario estaba pensando en Cris. Cuando escribo suelo tener una idea general del enfoque, pero a partir de ahí, no me gusta pararme en los detalles, sino que salgan de dentro las palabras, sin mucho análisis. Tenía previsto hablar de ella, pero por esa manera de escribir sólo la cité muy de refilón y pretendía hacerlo de otra manera. Creo sin temor a equivocarme que es lo mejor que le ha podido pasar a Oke y viéndola allí, cariñosa y sentida con Oke y con su padre, además del apoyo que les ha prestado en todo momento, no hizo sino conformarse mi impresión de siempre.
Un abrazo para los dos y otro para ti Miriam y para Luis, siempre tan afectuoso.