* 187.- CORREO INIMAGINADO

Te vendrá bien este largo fin de semana, como probablemente a todos los que podamos disfrutar de él. Descansa y aprovéchalo. No me disgusta tu forma de hablar y de escribir. Me gusta la sinceridad. Se parece a mi sentido del humor. Siempre me ha gustado bromear, pero si me vieras en directo, me gusta hacerlo con el rostro serio y dejar en fuera de juego al personal. Para mí es un placer dejar en 33 a personas que me conocen y disfrutar de esos escasos segundos en los que llegan a creerse la mayor de las burradas sólo por que mi expresión es seria. También me ha dado algún que otro disgusto, cuando la gente lo ha tomado realmente en serio, pero en ese sentido soy inofensivo, pues me gusta bromear con y no a cuenta de. Soy de las personas que no creen que haya que pasarlo bien a costa de nadie, si dos pueden reír, porque nos vamos a limitar a uno que lo haga y otro que sufra. Que triste debe de ser la vida de quién necesita hacer sufrir a alguien para poder divertirse por un escaso periodo de tiempo. Pero como te decía, me ha costado algún que otro disgusto, pero la experiencia te va enseñando a, sin cambiar, ser algo más comedido, no sólo para que no se enfaden contigo, sino sobre todo, porq

El emilio este me acaba de tomar el pelo, se envió solo, que no solamente, sin yo darle permiso y sin revisar. No importa, me gusta el estilo directo, que es con el que trato de escribir en mi blog. No me gusta repensar demasiado lo que escribo, porque quiero que me salga tal como lo siento, valga la obligada redundancia, aunque sea a costa de bajar algo la calidad formal que por otra parte no tiene.

Me quedé dándole vueltas a lo del gusto del blog. Y no sé si lo transmití bien. Tu diseño me encantó, me parece muy, pero que muy bueno y original, vamos, que estoy sinceramente encantado con él y lo he mandado a algunos amigos sólo para fardar de lo orgulloso que me siento con él. Lo único, es que hablando de gustos personales, habría pequeños matices inexplicables con la razón, que son los que algo te dicen, los que te llenan completamente y no sabes del todo el porqué. En este caso, me satisface bastante, sólo esos pequeños matices que te apunté, pero que en ningún caso desmerece tu original diseño, ni el gusto que siento hacia él. Sólo rizando el rizo, algunos matices, pero soy sincero al decirte que me siento satisfecho.

Gracias por lo de crío, pero estoy a gusto con todos y cada uno de los años que cumplo, más allá de que en algunos años de tu vida te encuentres mejor o peor, pero que no están directamente relacionados con las hojas del calendario, aunque tengan sus matices.

Bueno, voy a releer tu correo para ver por donde iba. Enseguida vuelvo.

Ya estoy de nuevo aquí. No me lías en ningún caso. Me resulta curioso haber conocido personas en la red a las que considero amigas, sobre todo, cuando reconozco que en un principio era prejuicioso al respecto y no dejo de serlo para algunos extremos. Claro, como con las personas que conoces "en persona", todo depende de la calidad de la relación, de las expectativas reales o no que te montes en la, a veces peligrosa imaginación, que en ocasiones te juegue malas pasadas, pero que en realidad serías tú el que se las juegue. Me explico, cuando conoces a alguien, sea en vivo y en directo o en diferido, lo debes hacer poco a poco, y, aunque no dejes de soñar, no puedes montarte castillos en el aire sobre esa persona. Las amistades, repito, tanto de una como de otra manera, se construyen con el día a día, con los buenos y con los malos momentos, con los defectos y las virtudes, y sólo un enfoque desenfocado te puede llevar a cometer errores. Lo bueno de cumplir años, es que te equivocas menos, salvo que te sientas tan herido que te refugies en una torre que nunca es solución. Sólo equivocándonos llegaremos a acertar y nunca dejamos de hacerlo.

 Así, únicamente lograrás que el remordimiento te persiga, pero no obtendrás un paseo por el bosque en compañía vital, no te acompañarás ni a ti mismo ni nadie que no se te parezca.

De verdad que no tengo prisa, ni siquiera una necesidad extrema en que acabes el fondo. El fondo de la cuestión es que descanses este fin de semana y llenes tus pulmones de aire, que lo renueves.

 Pero en un mundo de formas, ¿qué es lo verdaderamente importante el fondo o la forma? En realidad sucede lo mismo que cuando realizas "el amor" con una farola. La farola puede ser muy bonita, ser victoriana y coincidir con tu gusto, pero cuando forma y fondo coinciden, eso es otra cosa, no tiene nada que ver. Entonces conoces realmente la diferencia y sabes que la forma irremediablemente se va difuminando, sus colores van sufriendo la degradación del paso del tiempo, te acabas acostumbrando a ella hasta poder hartarte, mientras que el fondo, crece, se acentúa para los afortunados. Claro, que también se puede ver afectado por el irremediable paso del tiempo, pero al contrario que la forma, se puede inclinar en un sentido u otro. La forma únicamente puede aspirar a mantenerse por un tiempo en el mejor de los casos, pero no hay nada más bonito que contemplar una puesta de sol en compañía. Se acaba el día, sin embargo, nos muestra lo mejor de él mismo. Y entonces, fondo y forma se funden en un sentido abrazo.

¡Uf! ya sabes muchas cosas de mí, que no me gusta la cola, que me gusta el azul. Pero aún debes seguir conociendo cosas, sobre todo mis defectos. Por ejemplo. No me gusta la cola, sin embargo, de vez en cuando la tomo. Eso sí, cada vez menos y más ocasionalmente. En cuanto al azul, me gusta, pero procuro ser tolerante. Bien es verdad que uno tiene sus preferencias y que me gustan los colores de la naturaleza.

Bueno, ahora el que se está enrollando soy yo (ahora se viene a dar cuenta el tío). Lo cierto es que acabo de venir de cenar con unos amigos y lo hacía dispuesto a escribir una entrada de mi blog. Ahora ya no sé si podré, porque necesito toda mi energía para hacerlo y ya he malgastado buena parte de ella con una persona imaginaria que no es elocuentemente de la isla de San Borondón. Tenía varios temas, no sabía si elegir uno o entremezclarlos todos. En este blog sólo escribo cuando me apetece. A veces paso un tiempo y otras veces salen como churros. A veces creo que no sabré que escribir, pero cuando menos lo espero sale algo (siempre que no se atraviese o se cruce por el camino una aviesa y endiablada criatura virtual).

En fin, lo dicho, que descanses, que es necesario para seguir y que me alegro de haberte conocido. Es curioso como a veces una simple palabra establece un vínculo, que no hipervínculo, entre dos personas. En otras ocasiones y con otros seres, esa palabra puede pasar desapercibida o incluso chirriar, pero cada cosa tiene su momento y su oportunidad. No hay palabra mal dicha, sino mal entendida. No hay palabra mal entendida, sino mal dicha.

Bueno, ya sé que había dicho que iba a acabar, pero se me está ocurriendo una mala idea. La de convertir esta imaginaria carta en un post. Tendré que revisarla para saber si es publicable y realmente le he dicho algo no colgable a esta imaginaria amiga.

Ya no sé si son molinos o gigantes, si es un correo real o virtual ¿Es que puede ser menos real un correo por ser virtual o menos virtual por serlo real? Lo cierto, es que como post es totalmente real, aunque intangible más allá del teclear.